“No es el conocimiento, sino el acto de aprendizaje; y no la
posesión, sino el acto de llegar a ella, lo que concede el mayor disfrute.” - Carl Friedrich Gauss
Este artículo
hablará sobre los trastornos de Aprendizaje desde la neuropsicología y se
dividirá en dos o tres partes, por ahora hablaré sobre el aprendizaje y la
neuropsicología, para en el próximo número hablar de los problemas de
aprendizaje y posteriormente a eso, empezar a escribir sobre ejercicios de
estimulación para los niños, si te interesa el aprendizaje, te invito a
continuar con la lectura de este artículo, empezaré citando una frase que me
encanta de Lucio
Anneo Séneca, que dice: “Debes aprender mientras
dure tu ignorancia; si creemos al dicho, mientras dure tu vida.”; Aunque yo vería el
aprendizaje no como un deber, sino como una pasión de vida. Finalmente quiero
desear muchas felicidades a los profesores, maestros y docentes que se dedican
a este arduo y apasionante trabajo de formar no sólo intelectualmente a los estudiantes,
si no formarlos para la vida. Gracias por todo querido Bis.
La vida en sí es un proceso de aprendizaje, todo el tiempo y
en todo momento vamos aprendiendo, aprendemos en base a las experiencias
vividas y a estímulos externos, aprendemos sobre nuestros propios errores y
sobre nuevas situaciones y personas, aprendemos mucho desde que nacemos hasta
que fallecemos, desde el valor de la existencia y el vacío existencial, hasta
aprender a besar y amar a alguien tal cual es, aprendemos valores, ideas, sentimientos,
expresiones y pasión dentro del contexto que nos rodea, El aprendizaje de
nuevos conceptos y acciones se da desde la niñez en donde empieza todo este
apasionante proceso intermitente e implícito en el trascurso de la vida, a todo
esto, viene la pregunta ¿qué es el aprendizaje?. Existen muchas definiciones de aprendizaje,
pero para este artículo utilizare las más prácticas en relación al tema, por
ende, Según Talizina en el año 2000, la enseñanza –
aprendizaje es un proceso activo, que requiere de la actividad entre el maestro
y el Alumno (Baez, García, Flores, Aguilar y
Quintanar, 2012); Esto se refiere a que especialmente en
el colegio el proceso de aprendizaje se dará por medio de la interacción entre
el maestro y el alumno que vaya desarrollándose. Además, distintos autores
explican que la enseñanza es una actividad realizada por el maestro con el
objetivo de formar y enseñar conocimiento en los alumnos, todo esto de una
manera organizada, dirigida y especializada en relación a las necesidades del
alumno, y así mismo también en como un alumno se incluye en el proceso escolar
para absorber y nutrirse de todo ese conocimiento contagiado por el maestro (Baez, García, Flores, Aguilar y Quintanar, 2012).
En relación a todo este proceso de
aprendizaje diferentes investigaciones han mostrado que no sólo es necesario
tener un desarrollo escolar adecuado para el proceso de enseñanza y
aprendizaje, si no que se necesitan más elementos como ser un óptimo desarrollo
cerebral, ya que el desarrollo cerebral tendrá una influencia muy importante en
el proceso de enseñanza y la esencia del aprendizaje como tal (Baez, García, Flores, Aguilar y Quintanar, 2012).
Esta influencia se irá complejizando cada vez más.
En
la actualidad existen lugares específicos para realizar estos procesos de
enseñanza – aprendizaje (es un proceso ya que las personas no nacen
“sabiendo”), lugares como el kínder, la escuela, la universidad y diferentes
institutos ofrecen diversas opciones para las personas que deseen aprender,
cada instituto y escuela presenta distintos modos de enseñanza al igual que los
profesores, docentes, aunque mayormente las instituciones son las que rigen
como “debería” enseñarse, y creo que en todo el trascurso de la enseñanza en el
colegio o universidad he pasado por materias y situaciones insatisfactorias
ante la gran sed de aprender que tengo, me parece que estas experiencias
desfavorables son un común denominador en todas las personas, como diría Sir
Winston Churchill: “Personalmente
estoy siempre dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den
lecciones”; Esto lo digo no por desmerecer el trabajo de los profesores,
docentes e instituciones que se encargan de una parte del proceso enseñanza –
aprendizaje, sino me refiero al tipo de sistema de enseñanza vigente por años
en donde “aprender” se convierte en “repetir y memorizar”. Según los Autores Baez y colaboradores (2012), el nivel
básico en el colegio se considera como el lugar en donde se deben desarrollar
competencias básicas que permitan al niño favorecer un aprendizaje ordenado,
sistemático y continuo, además de formar habilidades y actitudes que darán
normas a la vida de un individuo (SEP, 2006, en: Baez,
García, Flores, Aguilar y Quintanar, 2012); Debido a
esto el nivel básico es una etapa importante y fundamental en la educación de
todo individuo ya que empezará el proceso de enseñanza – aprendizaje ya
mencionado. Autores importantes como Quintanar y Solovieva (2003ª, en: Baez, García, Flores, Aguilar y Quintanar, 2012)
explican que uno de los problemas que se da en el aprendizaje escolar puede
darse porque las exigencias de la escuela no coinciden con el desarrollo
psicofisiológico del niño.
Si
lo vemos desde ese punto de vista entonces el esquema de una educación en
grupo, rígida y establecida cambia a un punto de vista en que toda enseñanza
sería mejor si fuera personalizada y respetando el ritmo de cada niño, puede
que sea algo muy utópico debido al ya sistema escolar establecido en nuestro
medio, pero uno no pierde nada soñando. Los Autores Sánchez y Acosta, nos
explican que es aprendizaje es un
proceso de adquisición dado por la actividad de la experiencia que se apoya en
un cambio permanente en elementos como ser: la estructura del Sistema Nervioso,
la maduración y aprendizaje. Según los Autores el aprendizaje es un proceso que
posibilita el desarrollo del sistema nervioso, que experimentará una
modificación en su estructura y/o función, (posiblemente) permanente que es
iniciada por la estimulación del ambiente y sus estímulos (el cantar de los
pájaros, la música, los paisajes, etc.) que posibilitará una mejor adaptación
al medio. Los mismos autores explican que estos cambios más o menos permanentes
(dados por la memoria), se reflejan a un nivel cerebral (en el los tejidos y en
la química de los mismos) en cambios cuantificables (como ser los cambios a
nivel de un aumento de masa cerebral) y cambios cualitativos (cambios en donde
se aumenta una diferenciación en las células); Estos cambios implican fenómenos
crecientes – graduales y de regresión (por ejemplo de pérdida, como ser los periodos de muerte
neuronal que se dan en etapas dadas en progresos importantes en el desarrollo) (Sánchez–Millán y Acosta, S/A).
En
la actualidad la neuropsicología infantil se encuentra en un momento
importante en su formación; Ya que cada vez son más los investigadores y
especialistas interesados por la aplicación de los conocimientos neuropsicológicos
para el análisis de casos de problemas en el aprendizaje escolar. Pese a que en
las etapas iniciales del estallido de la neuropsicología infantil los estudios
básicamente se realizaban con niños que tenían un daño cerebral comprobado
(siendo estos muy pocos), ahora la atención principal se centra en los niños
que presentan problemas comportamentales o cognoscitivos sin trastornos
neurológicos comprobados (Akhutina, 1997; Quintanar y Solovieva, 2000, en: Baez, García, Flores, Aguilar y Quintanar, 2012); La
neuropsicología infantil también puede relacionarse con la neuropsicología
histórico-cultural que realizó muchas aportaciones al respecto, ya que desde
esta perspectiva, no es basta con realizar sólo un análisis de las
características evidentes (como ser: errores frecuentes en la lectura, la
escritura o el cálculo), sino que la tarea del neuropsicología es hallar la
causa en el funcionamiento que dará como consecuencia un bajo rendimiento
académico de los niños, todo esto para la elaboración de los programas que
puedan corregir tales complicaciones a nivel del funcionamiento
neuropsicológico; Para todo esto es importante tener un aparato
teórico-metodológico sólido, que tome en cuenta los aspectos psicológicos y los
aspectos psicofisiológicos que los sustentan(Baez,
García, Flores, Aguilar y Quintanar, 2012).
Debido
a esto la neuropsicología, llega a ser la disciplina que permite al
neuropsicólogo identificar el desarrollo psicofisiológico en diferentes
elementos cerebrales que participarán en el aprendizaje; Y es así como una
evaluación neuropsicológica es fundamental para detectar insuficiencias (patológicas) en el
funcionamiento y desarrollo de los distintos mecanismos cerebrales que explicarían
desde lo psicofisiológico la falta de aprendizaje eficaz de las diversas
asignaturas. Además, explican que las consecuencias a largo plazo de estas
insuficiencias psicofisiológicas pueden verse en un bajo rendimiento escolar de
los estudiantes en niveles educativos que posteriormente podrían dar la deserción
y reprobación escolar (Baez, García, Flores, Aguilar y
Quintanar, 2012)
En
la actualidad y en nuestro medio las evaluaciones en
muchos casos se practican se hacen a la ligera, esto dado ya que no existe una
suficiente profundización de la causa de los síntomas y las quejas, son
diagnosticadas al “ojímetro” sin un soporte clínico, se utilizan frecuentemente
entrevistas a los niños, y a sus padres, junto con observaciones de su
comportamiento, revisando exámenes de laboratorio o de neuroimagenes y a partir
de esa información se emiten impresiones diagnosticas muy delicadas para el
desarrollo y la vida de una persona, etiquetando a las personas y confirmando
un déficit de atención con o sin hiperactividad, “retardo mental”, trastornos
del aprendizaje, déficit motores, problemas del lenguaje, desintegración
cognitiva o retardos generalizados del desarrollo, todo esto sin tomar en cuenta
un análisis detallado y exhaustivo de las variables o elementos
neuropsicológicos comprometidos en cualquier trastorno del desarrollo; Además
cabe resaltar que usualmente no existe el espacio para revisar no sólo
diferentes componentes cognitivos de las funciones mentales superiores, si no
para revisar el comportamiento y la emoción que no son posibles a evaluar
objetivamente en una sola consulta o con ayudas diagnosticas de imagenología o
radiología, ya que estos elementos tienen una complejización en la presentación
de sus síntomas y etiologías particular en cada persona, por ende el
diagnóstico es más difícil (Sánchez–Millán y
Acosta, S/A).
En
distintas palabras el aprendizaje debe ser considerado como la
actividad del niño, en donde el
neuropsicólogo debe valorar el nivel neuropsicológico, al cual
originalmente Luria (2000) (uno de los héroes!, de esta humilde escritora <3
) describía a el nivel neuropsicológico
como el nivel psicofisiológico de la actividad humana (Quintanar y Solovieva, 2005); Por ende utilizando este punto de
vista, el objeto de análisis del neuropsicólogo no se limita solo a la memoria
o la atención del niño, como funciones independientes, sino también se debe dar
a las acciones escolares básicas de lectura, escritura y cálculo. Por ende el
Diagnostico que se debe establecer dado por análisis neuropsicológico de las
acciones escolares debe descubrir las causas de las dificultades que presenta
el alumno durante el proceso de aprendizaje diferenciándose del diagnóstico
tradicional (“déficit de atención”, “disgrafía”, “dislexia” y “discalculia”);
Ya que todos estos términos solo se refieren a dificultades o síntomas
negativos en el desempeño del niño, pero llegan más allá, no ahondan en lo
profundo del pozo y definitivamente no descubren las causas neuropsicológicas
que se encuentran detrás de dichas dificultades. Desde un punto de vista
psicológico, en la actividad escolar se diferencian niveles específicos de
análisis, como ser (Leontiev, 2000, en: Quintanar y Solovieva, 2005): la actividad,
la acción, la operación y mecanismos psicofisiológicos que presentan
interacciones entre ellos (Quintanar y
Solovieva, 2005).
La
neuropsicología en niños diferente a la de los adultos, ya que se debe tener en
cuenta diferentes etapas del desarrollo donde se dan muchos cambios al mismo
tiempo, complejizando y poniendo en una difícil predicción del papel de una
sola estructura cerebral en la función cognitiva y en el comportamiento; Se
observa que el cerebro sano de un niño se muestra en cada edad en relación al
grado de maduración alcanzado con patrones de condiciones dados, lo que ante
cualquier daño funcional o estructural va a expresarse cada momento de forma
diferente; Por ende la identificación de las disfunciones cerebrales que
afectan a un niño deben ser evaluadas a detalle para conocer las causas del
fracaso, de ahí la importancia una valoración neuropsicológica oportuna y
correctamente realizada (por alguien especializado en el tema o con gran
experiencia en el mismo). Los trastornos del desarrollo solo aparecen cuando se
requiere desarrollar una habilidad, esto se da usualmente en cursos de primaria
(o antes), especialmente al necesitarse habilidades que ocurren antes y son
necesarias para el desarrollo de un aprendizaje formal apto, así que un
trastorno del aprendizaje no puede comenzar en la adolescencia; Así también los
niños presentan problemas en un área u otra, pero no se da en todas, por lo
tanto un déficit en el aprendizaje siempre es específico y no generalizado,
esto hará que los niños tengan un desempeño oportuno en otras áreas, como ser
bueno en la lectura, pero con varias complicaciones y problemas al intentar
realizar matemáticas. Además, es
importante diferencian que si lo los resultados son básicos en relación al
aprendizaje de su edad y con poco desfase el niño tan sólo podría tener un
aprendizaje lento y sin embargo el desfase es muy marcado y global en relación
a su grupo etario (grupo de niños de su misma edad) y grupo del mismo curso,
señalan los autores que se hablaría de discapacidad intelectual (DI) (Sánchez–Millán y Acosta, S/A).
Sin
embargo se requiere de una evaluación
neuropsicológica llevada a cabo con ayuda de procedimientos específicos, como la
organización de la interacción entre el niño y el adulto; Además de incluir acciones
y operaciones que permiten al neuropsicólogo analizar el estado de los
mecanismos neuropsicológicos particulares (Korsakova, Mikadze y Balashova,
1997; Tsvetkova, 1998; Semago y Cols., 1999; Quintanar y Solovieva, 2003a,
2003b, en: Quintanar y Solovieva, 2005);
De modo que el diagnóstico neuropsicológico correcto permitirá elaborar los
métodos adecuados para la corrección y la prevención de los problemas comunes
en el aprendizaje escolar (Semenovich, 1998; Pilayeva y Akhutina, 1997;
Solovieva, Quintanar y Flores, 2002; Solovieva y Quitanar, 2001; Akhutina y
Zolotariova, 2001; Santana, 1999, 2002, en: Quintanar y Solovieva, 2005).
Bibliografía
Sánchez–Millán, M., y Acosta, B. (S/A). Aportes de la
valoración neuropsicológica en el trastorno del aprendizaje.
Baez, N., García,
E., Flores, M., Aguilar, G., y Quintanar, R. (2012). Aportaciones de la
neuropsicología a la evaluación del desempeño escolar y del aprendizaje.
Quintanar, R., y Solovieva, Y. (2005). Análisis
neuropsicológico de los problemas en el aprendizaje escolar. Revista Internacional del
Magisterio (Colombia), 15,
26-30.
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